La expectativa de toda persona, sea joven o de cualquier edad, es trabajar para recibir en contraprestación, un salario; que le permita hacer frente a sus diversas necesidades. Ello resulta totalmente lógico y natural, sino para qué trabajar.
Ahora bien, a mayor salario, mayores posibilidades de poder adquirir más y mejores bienes que me ofrezcan una mejor calidad de vida y poder dar sostenibilidad a la familia, que depende obviamente de aquella persona que trabaja por un salario, así recibe y le asegura a su familia esa estabilidad.
En los tiempos de la revolución industrial, los patronos se permitían realizar prácticas totalmente infrahumanas, totalmente abusivas y desmesuradas, largas horas de trabajo muy superiores a las que cualquier ser humano pudiese tolerar, sin garantías o derechos laborales para los empleados y, obviamente salarios muy por debajo de lo que los trabajadores merecían recibir por el trabajo que realizaban.
Aquellas prácticas arcaicas y salvajes fueron diseminándose gracias a las grandes luchas sociales de memorables hombres y mujeres que salieron al paso en defensa de los trabajadores que libraron con sudor y hasta sangre batallas para establecer reformas en las legislaciones, para poner un alto en aquellos excesos que los burgueses tenían como privilegios exclusivos de explotación laboral en contra de sus operarios y trabajadores.
Nuestro país figura como parte importante en la conquista de derechos y obligaciones en materia laboral, sin duda, la época de los 40 del siglo pasado marca un hito histórico importante con la inclusión del Código de Trabajo, la creación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la figura sindical en los centros de trabajo para la defensa y protección de los derechos laborales y la inclusión de nuestro país dentro de las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos.
No obstante, a pesar de tantas conquistas, las luchas no acaban, el manoseo constante de uno y otro gobierno en tratar de precarizar el modelo de trabajo no tiene fin, tal parece que el trabajador «debe agradecer por permitírsele el trabajar en tal institución o centro a cambio de unas cuantas monedas sin derecho a objetar».
No importa si aquella persona hace su mejor esfuerzo para alcanzar una mejor posición, se capacita, estudia, «da la milla extra» como le llaman muchas veces, NO «Usted está aquí contratado para tal puesto y este es su salario, no importa lo que Usted haga, es que tiene que hacerlo porque para ello se le paga y si no le gusta sabe lo que puede hacer». ¿No es aquello toda una condena definitiva y absoluta que coarta toda esperanza y expectativa de crecimiento personal y profesional? ¿Y la posibilidad de llegar a algún momento a obtener un mejor y mayor salario por el trabajo que se realiza?; No, trabaje para ser pobre.
Hablamos someramente de todas aquellas luchas sociales libradas en el siglo pasado para erradicar practicas abusivas y deletéreas, no solo se plasma en la misma Constitución y las leyes generales los derechos y obligaciones para patronos y los trabajadores, también se cuenta con leyes especiales, convenciones colectivas, estatutos de las organizaciones y otras figuras legales que buscan preservar los derechos adquiridos y otras conquistas alcanzadas; hoy impresiona que ante la voz del gobierno de turno, independientemente del que este en el poder, ante su incapacidad para encontrar soluciones justas que resuelvan los problemas financieros que aquejan la economía del país, atacan y nuevamente como en el pasado a la clase trabajadora, si a las personas que solamente trabajan para subsistir y tener un salario que les permita llevar una mejor calidad de vida.
Escuchar y ver declaraciones que salarios que están por encima del promedio, y que si, han estado congelados por casi cuatro años y que así van a permanecer hasta que las personas se pensionen porque esa es la fórmula mágica que se encontró para eliminarlos, no solamente preocupa, sino ocupa, ello obliga a tomar medidas; en la actualidad y más con la reforma que cambio la edad de jubilación, muchas personas se encuentran a 12 o 15 años para alcanzar su jubilación y por ende a obtener una pensión. ¿Es en serio que estas personas van a trabajar por más de 15 años con un mismo salario? ¿Dónde me dejan todas las normativas, leyes y demás convenciones legalmente establecidas que definían las relaciones contractuales laborales y por las que tanto se trabajó para alcanzarlas y así asegurar no solo una estabilidad económica de las personas trabajadoras, sino además su bienestar y crecimiento? ¿Y la pérdida del valor adquisitivo de estos salarios?
Podemos hablar de efectivamente salarios abusivos en el sector público, pero una cosa es diferenciar estos a los de salarios justos o reales; un salario de 8 o 9 millones de colones es un absurdo compararlo a otro de un millón o millón y medio de colones.
Que realmente se hace necesario fijar un tope o límite, si, pero aquello debe ser equilibrado, estudiado y analizado respetándose los derechos humanos de las personas que con tanto orgullo nos jactamos de cumplir; tomarse decisiones a la ligera para calmar o complacer a ciertos grupos puede significar un retroceso histórico que como hemos visto, significó una lucha campal muy peligrosa.
Según la Conred de los 1.871 incendios, 1.421 han sido forestales y 420 no forestales y a pesar de los esfuerzos de las brigadas contra incendios en todo el país, las cifras han ido en aumento.